La isla de Cos era célebre por su Escuela de Medicina, siglos antes de Hipócrates tenía más de 200 templos dedicados a Apolo y Asclepios ó Esculapio, Hipócrates nació allí, alrededor del
Nada puede haber más heterogéneo en la literatura médica que la colección de tratados atribuidos a Hipócrates, se ha especulado que existieron varios médicos con su nombre y que el verdadero escribió solamente alguno de los 87 volúmenes de los que está compuesta la colección hipocrática, de todas maneras, Hipócrates, uno o varios, existió, y sus trabajos e investigaciones sirvieron de base para el desarrollo del arte de la medicina a través de los siglos, de los escritos de la singular colección, sólo cuatro se atribuyen a la pluma directa de Hipócrates: Los aforismos, el pronóstico, el Régimen para dolencias agudas, y la monografía titulada sobre heridas en la cabeza, el resto de volúmenes, indican los historiadores, fueron escritos por una diversidad de autores nacidos entre el siglo V y el II a.C.
Tres de los principios terapéuticos empleados por los médicos hipocráticos son:
1.- “Primun non nocere”, que dirían luego los seguidores latinos: antes de nada no perjudicar, es preferible no hacer nada a empeorar la situación, la terapéutica hipocrática trató siempre de favorecer sin perjudicar, iba dirigida a todo el cuerpo enfermo y no a sus partes, y se ejecutó con prudencia.
2.- Se debe ir a la causa de la dolencia, ir contra la causa y el principio de la causa.
3.- Abstenerse de actuar ante las enfermedades incurables, aceptando la inevitabilidad de los procesos “ fisiológicos”.
El interés de la escuela de Cos por las enfermedades agudas y febriles hizo que se interpretara el curso de los procesos morbosos en tres etapas: la enfermedad aparecía por la alteración de humores crudos, apepsia, que se manifestaba por los síntomas generales de la enfermedad, mediante la reacción de
La cirugía griega fue reparadora (fracturas, luxaciones, heridas), evacuante (abscesos, trepanaciones) y excerica, influida por la cirugía de Alejandría, basada en los estudios anatómicos como los describe Filoxeno de Alejandría (siglo I a.C.), autor del primer tratado de cirugía operativa. El recurso terapéutico principal fue la dieta, diaíta, así, en las crisis de las enfermedades era conveniente disminuir la alimentación, recomendación que permaneció como regla general hasta mediados del siglo XIX de nuestra era, en las enfermedades febriles, y agudas se recomendaba una dieta líquida, como la decocción de cebada, ptisane, y la dieta láctea, además se aplicaba el uso del hidromiel, oximel, vino, vinagre y otros productos, se daba gran importancia a los ejercicios corporales, el masaje y los baños, principalmente en el mar.
Aristóteles, gran observador, compilador y sistematizador del conocimiento, creó la escuela Peripatética e introdujo el método inductivo, la clasificación científica y la descripción de los principios opuestos: calor-frío, humedad-sequedad, que generan los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua, clasifica los conocimientos que existían en todos los campos del saber, desde la anatomía, la fisiología aristotélica se basa en la polaridad del corazón, sangre caliente y roja, y del cerebro, humor claro y frío, y el alma humana como creadora. En biología Aristóteles logró valiosos estudios con relación a la anatomía y fisiología tanto humana como animal, como su concepción sobre las consideraciones de la generación de los animales, su reproducción y la embriología, en que describió el desarrollo del embrión de pollo, descubriendo la formación del corazón, afirma Aristóteles que el padre es el autor de la vida y la madre contribuye y proporciona sustancias para formar la vida, Aristóteles creó la primera tabla de clasificación de las especies, también escribió sobre la respiración, la longevidad, los sueños, el dormir, su Liceo fue un jardín botánico y zoológico y consideró el corazón como la sede de las emociones. Teofrasto, su discípulo escribió “
En los poemas helénicos de los siglos VIII y VII a.C., las pestilencias también aparecen asociadas a castigos divinos, estos textos indican las características de los procesos de pestilencia en Grecia, los mismos tenían un carácter local, es decir, afectaban por lo general a una polis (ciudad) concreta, más raramente a toda una región, en el pensamiento del demos, (pueblo), sus motivaciones partían del enojo de alguna divinidad, finalmente el binomio pestilencia-hambre era muy frecuente, un hambre provocado por la guerra o las sequías continuadas y las malas cosechas.
Cuando estallaban estas pestilencias locales en alguna de las polis griegas, fenómeno relativamente frecuente pero de un alcance limitado, se recurría a la magia mucho más que a la propia medicina racional, un ejemplo significativo es el proceso pestilente padecido por Atenas en el año
Los médicos griegos intentaron encontrar una explicación a estas pestilencias que cada cierto tiempo actuaban de forma brutal sobre las polis, en el Corpus Hippocraticum se encuentra una respuesta que iba a tener mucho éxito: sería la putrefacción del aire la que conduciría al desarrollo de las pestilencias, esta explicación se convertiría en lugar común que pasaría al mundo romano y a través de él a
En la antigüedad
Con Hipócrates, padre de la medicina, se inicia la separación y el estudio de la medicina del hombre y de los animales, nace así
Absyrto sirvió como hipiatra a las órdenes del gran Constantino, acantonado en las márgenes del Danubio, por los años 330-340 de nuestra era, como Hipiatrica Griega se conoce el “Hábeas Hippiatricorum Graecorum”, colección de todos los escritos veterinarios conservados hasta su tiempo, “ mandada recopilar por orden del Emperador de Bizancio, Constantino VII “Porphysegenitus”, entre los años 911 al 959, en la que junto a Absyrto se hace referencia a muchos hipiatras anteriores a él. Este autor es considerado como el Padre de la medicina veterinaria, griego romanizado, una vez retirado de su cargo en la corte, creó una escuela de Hipiatria, su obra contiene 121 capítulos dedicados a
Por Absyrto sabemos que Hipócrates pasaba por ser uno de los más destacados y hábiles hipiatras de su tiempo, el prestigio de los hipiatras helenos alcanzó un gran nivel social, a juzgar por las inscripciones funerarias de algunos de ellos, por ellas se sabe que en el siglo III, el hipiatra Metrodorus de Hamia, en Tesalia fue proclamado ciudadano de honor por el electorado de la ciudad, en reconocimiento de su talento y servicios, y que un tal Euticos ostentaba el título de hipiatra del Emperador y había levantado un suntuoso monumento a su familia. En el año 1.885 se descubrió en
El caballo, por su hermosura y por su agilidad, era considerado como el animal más apreciado por los dioses, representando a algunos como el hombre con cabeza de caballo, y el más digno de ofrecer su holocausto ante el altar o ara de sacrificio. Uno de los más famosos historiadores de
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